CARACTERÍSTICAS Y PREPARACIÓN DE LAS GIMNASTAS:
La carrera deportiva de una gimnasta rítmica suele tener una longevidad corta en comparación con otros deportes. Normalmente se empieza a practicar a edades tempranas, entrando en edad júnior el 1 de enero del año 13º, y en edad sénior, y por tanto elegible para competir en los Juegos Olímpicos, en el 16º año. El pico de forma suele estar en la adolescencia (15 - 19 años), aunque ya es más común verlo a partir de la veintena. Las españolas Almudena Cid y Carolina Rodríguez han disputado competiciones internacionales con 28 y 30 años respectivamente, siendo consideradas las gimnastas rítmicas de élite más longevas.
El cuerpo de una gimnasta rítmica es por lo general más delgado y menos definido que el de una gimnasta artística, normalmente más bajas y robustas. Caracterizada por la alta exigencia de coordinación para la deportista, esta modalidad tiene en la simetría y bilateralidad principios fundamentales para una buena ejecución. Al igual que en la gimnasia artística, debido a su elevada dificultad técnica y a que el alto nivel se alcanza a una edad temprana, es importante iniciar el entrenamiento tan pronto como sea posible si se quiere llegar a la élite, siendo lo ideal que comience entre los 2 o 6 años, ya que las mujeres poseen un potencial de desarrollo que puede mantenerse en la etapa de madurez de las habilidades motrices básicas, es decir, entre los 15 y 20 años de edad. La práctica de gimnasia rítmica debe desarrollar habilidades como fuerza, potencia, flexibilidad, agilidad, destreza y resistencia, para alcanzar el grado técnico necesario para mostrar vigor, belleza y armonía en los movimientos del ejercicio. De modo general, la gimnasia rítmica tiene tres aspectos que deben trabajarse: movimiento corporal, manejo del aparato y el acompañamiento musical. Estos tres elementos forman la unidad que fundamenta la gimnasia rítmica.

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